Sima de Tximua


 
 
 
La sima de Tximua (mono en Euskera) es una de las simas más emblemáticas de la Sierra de Urbasa y además una de las más profundas, con permiso de la cueva de Arlezes. Se trata de una cavidad de grandes volúmenes y con algunas de las formaciones más grandes e impresionantes del macizo. Cuenta en su interior con un lago estacionario, y con una particularidad geológica inusual: Es atravesada longitudinalmente por la falla de Zumbeltz, importante fractura que atraviesa la sierra de Urbasa y da nombre a este blog.


Ubicación

X UTM (WGS86)
577894
Y UTM (WGS86)
4745837
Z (MSNM)
1060
Google Maps

 
Bibliografia

La cavidad se estudia a conciencia en el libro “Sintesis espeleológica de Urbasa-Entzia”, de A.Chasco, J. Fdez. de Muniain y A.Luquin, donde podemos encontrar la topografía completa y muchos datos de interés.

Además de ello podemos encontrar información en el blog riojano espeleogel:

Acceso

El mejor lugar donde aparcar el vehículo es el parking del túnel de Lizarraga. Desde allí partimos dirección Oeste por el camino que conduce a la ermita de San Adrian y poco antes de llegar a esta a la altura del cruce de la calzada romana encontramos la cavidad. Este bonito paseo nos llevara media hora aproximadamente.
 
 
Descripción e instalación


La sima está rodeada de dos muros perimetrales de protección. Atacaremos el descenso por la parte este del muro interior, donde encontramos varios parabolts de 10mm para anclar la cuerda. Hay que tener en cuenta que dichos parabolts se encuentran en la parte superior del muro, por lo que habrá que llevar un buen quitaroces para la arista del muro. Apenas descendidos un par de metros encontramos en la pared varias instalaciones con spits para fraccionar el pozo y evitar descender todo el pozo con la cuerda rozando en el muro. Aproximadamente a mitad de descenso encontramos un desviador que nos ubica en la vertical correcta y habitualmente suele estar instalado.

El pozo al completo tiene aproximadamente 20 metros (descendido sin problema con una cuerda de 30m).
 
 

Una vez descendido nos encontramos en el interior de una gran sala, desde la cual vemos como desciende una amplia galería con el suelo tapizado de un enorme caos de bloques. Lo iremos descendiendo con sumo cuidado por donde podamos, intentando seguir los senderos más evidentes. Siempre es buena idea ir fijándose en el camino recorrido para atacar a la vuelta el ascenso sin problemas.

Una vez descendido el caos de bloques, cuando parece que la galería se va a cerrar sobre nuestras cabezas, encontramos a la derecha un pequeño paso que nos da paso a un balcón sobre la sala principal de la cavidad. Este lugar, de suma belleza, nos permite visualizar la parte más concrecionada de la sima, con grandes columnas, estalactitas y coladas de todas las formas y colores.

Un pequeño destrepe (con una pequeña cuerda de apoyo en fijo) nos deja frente a la estalagmita que da nombre a la cavidad, y tras bordear está, se abre ante nosotros un descenso entre coladas que da a parar en un lago estacionario.
 
 

En caso de mucha agua, se puede evitar el lago por un resalte ubicado en las formaciones de la parte derecha, precaución en caso de utilizar dicha vía.

Tras atravesar el lago, nos encontramos ante una impresionante pared de coladas de dimensiones descomunales, la cual podemos ascender con sumo cuidado de no manchar o estropear.



Tras atravesar la sala por completo, la apariencia general de la cavidad cambia de nuevo por completo, y por unos pasos estrechos a través de una caos de bloques descendemos un pequeño pozo hasta una última sala con multitud de bloques desprendidos.

Desde esta última sala continúan varios pozos encadenados que terminan por cerrarse en la profundidad máxima de la sima.





 
Ficha instalación
 
 









 

 

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